La respuesta en frecuencia de un micrófono es quizás lo primero
que buscamos al comprarnos uno. En teoría... la respuesta de frecuencia
de un micrófono debería de estar comprendida entre 20 a 20000 Hz, y su
nivel de salida en dB debe de ser igual en cualquier punto de ese rango
de audio.
Si un micrófono no cubre la gama de 20 a 20000 Hz no quiere decir que
sea de mala calidad. Existen micrófonos de muy buena calidad que están
diseñados para determinadas frecuencias de sonido, para poder adaptarlos
mejor a determinados instrumentos.
Un ejemplo de ello son los charles o platillos de las baterías, que son
de frecuencia más aguda y no interesa captar las frecuencias más bajas
para no enturbiar la grabación ni la posterior mezcla en el estudio de
grabación.
También suele grabarse el bombo de una batería con un micrófono
especial, porque además de su frecuencia baja, se debe de tener en
cuenta que cada golpe dado con fuerza produce una presión de aire en el
micrófono que podría dañarle irremediablemente.
La voz... también requiere de una buena respuesta en frecuencia del micrófono
pues debe de ser capaz de asimilar todos los matices y armónicos.
Estas características hacen que nuestro oído y cerebro puedan
diferenciar a cada persona por su voz.
Para medir la respuesta en frecuencia de los micrófonos se
utiliza un generador de sonido de precisión ajustado a una frecuencia.
Después se mide su voltaje de salida y se anota. Después se aumenta la
frecuencia y se vuelve a medir. Este ciclo se mantiene hasta que se a
cubierto toda la gama de frecuencia requerida de 20 a 20000 Hz o de otra
banda de frecuencia necesaria en el micrófono.
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